Mañana regresamos al cole.
Ya no somos los monstruos, no, ahora regresamos duendes.
Y es que, todo ser vivo, necesita agotar cada etapa de su desarrollo para poder iniciar un camino de renovación y abordar una etapa nueva sin cuentas pendientes. Nosotr@s la hemos estrujado hasta dejarla seca, os lo hemos mostrado a menudo y seguiremos haciéndolo. Como crisálida, en junio abandonamos la piel de monstruo y hemos obrado la transformación durante el verano. A punto de encontrarnos en forma de duendes, otro río se abre ante nosotr@s y estamos dispuestos a atravesarlo junt@s, tod@s, ni uno menos. En la fiesta de despedida nos lo pasamos … mmmmmhhh… ¿cómo decirlo?...
ah, sí, “como cochinos en un charco”.
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