Fue una sesión muy interesante por lo desconocido. Pudimos tocar las piezas y olerlas. También le hicimos mil preguntas a Sergio y nos dijo que un médico de huesos parece un carpintero porque usa sierra, taladro, tornillos, martillo... Le contamos todos los huesos que se nos habían roto a nosotr@s o a nuestra familia. Precisamente ese día María Belén estaba con una pierna vendada, tenía dos esguinces, uno de rodilla y otro de tobillo, porque se cayó el día anterior en el jardín del cole.
El interés no decayó en ningún momento y Manolo, el esqueleto que tenemos en clase, nos sirvió de modelo.
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