Los niños y las niñas van y vienen al lavabo con toda tranquilidad cuando lo necesitan y, habitualmente, no he de estar pendiente de este hecho. Este día habíamos estado pintando con ceras, unos cuantos fueron a lavarse las manos y no volvían así que fui al baño a ver qué pasaba. Me encontré un espectáculo impagable: se habían entretenido jugando con pompas de jabón y ninguno tenía conciencia del tiempo que había pasado.
Como siempre, salí pitando a por la máquina de fotos.
Escribo el comentario en esta entrada como podría hacerlo con cualquier otra. Me encantan todas. Es estupendo poder conocer estas maravillas cotidianas.
ResponderEliminarBesos