De vez en cuando hay que organizar un zafarrancho de limpieza, entonces, hacemos matemáticas: contar, clasificar, ordenar, repartir...
Como hormigas en el hormiguero, se organizan espontáneamente. Unos arreglan el cajón de las fichas, los dados, los metros... Otros sacan punta a los lápices de colores, y otros lavan los botes que están manchados de tinta porque, a veces, "no tapamos los rotus bien".
Algunos prueban los rotuladores para desechar los que ya no funcionan y meterlos en una caja para reciclar. Se abandonan porque están secos pero, curiosamente, entre los antiguos, se descubren algunos que, milagrosamente, vuelven a servir: ¡al bote!
Por fin, con el material seleccionado, comienza el reparto. Si no hay de todo para todos hay que compensar, entonces viene la negociación. Mi papel, mirar (y fotografiar para que lo veáis).
Al terminar, se tiran como loc@s al bloc de dibujo pensando "seguro que hoy nos sale mejor que nunca".
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